
Un día pase por la veterinaria que se encuentra junto a la florería donde regularmente compro flores (si, así es, las flores se compran en la florería!) y ahi estaba él, en una pequeña jaula mirándome con sus enormes ojos negros y perfectamente redondos no pude evitar acercarme ha preguntar si lo vendían, el tendero me contesto: "No, no esta en venta, lo regalo". Por un momento pensé en llevarlo a mi casa rápidamente, pero un flachaso en mi mente recordó que mi mamá probablemente pondría el grito en el cielo cuando me viera llegando con el, ya que le he rogado durante mucho tiempo que me deje tener un perro o un gato y no la he logrado convencer =( así que solo compre las flores y me fui, llegue a mi casa, no podía dejar de pensar en el, tome una jaula y regrese, mi sobrina me acompaño y me delato inmediatamente ya que es muy pequeña y no comprende muy bien eso de guardar un secreto, mi madre pregunto: "¡que es lo que traes ahora!", le mostré la jaula llena de periódico, solo se asomaba una partecita de mi bellísimo chedar, le dije que era una Zarigüeya, aprovechando que su nombre común acá es la de Tlacuache, resignada me dejo conservarlo aunque días después me llamo a gritos para reclamarme si lo que tenia ahí era un tlacuache jeje. Un mes tenia conmigo y lo encontré en su jaulita muerto no supe cual fue el motivo lo alimentaba bien, lo sacaba a pasear diario y no mostraba ningún signo de enfermedad o algo así, me puse muy triste y después un tanto incrédula ya que leí en Internet que tiene la extraordinaria costumbre de fingirse muerto, con la lengua colgante y los ojos vidriosos; así que lo deje ahí con la esperanza de que reviviera, como 48 horas después seguía ahí exactamente en la misma posición así que hice un hoyo en el patio y proseguí a darle sepultura. Aun lo extraño y a muchos de mis amigos les parecía un animal asqueroso, pero realmente era muy lindo. =..(